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Un Conejo Llamado Amigo (Tleilaxu Device & Wiesengrund Collaboration)

by Tleilaxu Device & Wiesengrund

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1.
Un 02:32
2.
Conejo 05:14
3.
Llamado 08:18
4.
Amigo 08:56

about

Después de años de amistad y de compartir música, era solo cuestión de tiempo que esta colaboración existiera. Muy feliz de experimentar junto a Wiesengrund utilizando sonidos cada vez más extraños y locos, e incluso incursionar en el Spoken Word para dar a luz a Un Conejo Llamado Amigo. Varios segmentos de estas canciones fueron debutados en vivo separadamente y en conjunto por Wiesengrund y Tleilaxu Device en el concierto Chepe City Fonografía Vol II.

Cuento corto utilizado como letra de la canción "Amigo" escrito por Ricardo Avilés Aguilar.

"Nuestros papás nos compraron un conejo a mi hermano y a mí, para que dejáramos de pedirles compañía y atención. Habíamos pedido uno para cada uno, pero como somos pobres ni siquiera estaba alcanzando para uno. Mi papá llegó un día en la noche. Prendió la luz en la madrugada, estaba borracho y balbuceaba, olía espantoso, pero era su olor característico y ya le teníamos afecto. Conseguí conejo, dijo con la mandíbula trabada. Donde está, preguntamos. Vengan a la cocina, nos dijo y con sus grandes manos nos arrastró adormilados hacia la cocina. De camino tropecé entonces me pegó en la nuca con su enorme mano, áspera de trabajar la madera. Dos por uno, dijo, apenas separando los dientes, orgulloso y delirante. Le pusimos de nombre Amigo y tenía dos cabezas y 6 patas. Se bifurcaba en algún lugar del torso, nos daba miedo, pero era gentil y amable. Cuando mi hermano dormía, yo jugaba con Amigo. Me fascinaba verlo comer, porque una de las cabezas comía más que la otra. La que comía menos, tenía un ojo gacho y una oreja caída, y siempre se veía triste. Cuando la acariciábamos podíamos apreciar lágrimas bajando por el ojo bueno. Cuando brincaba era muy impredecible hacia cuál de las dos cabezas iba a generar el movimiento. Algunas veces saltaba hacia el espacio entre sus cerebros y se quedaba inmóvil confundido. Mi hermano le pegaba porque se comía la caca, pero yo recogía las bolitas y se las combinaba con el alimento para que le durara más. Semanas después, encontré a mi hermano asomado a la taza del inodoro con las manos adentro masticando, me acerqué por detrás y le pegué igual que él le pegaba a Amigo. Una vez nos peleamos por Amigo, mi hermano y yo, y decidimos cada quién dejarnos una cabeza. Entonces lo agarramos y lo jalamos cada uno, por un lado, el chillido fue tan espantoso que lo dejamos en paz y salimos corriendo. Nos sentimos perversos y culpables por haberle hecho eso a Amigo. Durante la noche, Amigo dormía en una pila de ropa orinada. La cabeza triste pronunciaba unos siseos extraños y no me dejaba dormir. Pensé en cómo sería mi vida si mi hermano estuviera pegado a mí. En cómo hubiéramos gritado si nuestros padres nos intentaran separar, luego recordé que nuestros padres nunca estaban, y que por eso teníamos a Amigo. Amigo era el sustituto de nuestros padres. A veces las cabezas peleaban y se sacaban la sangre de las orejitas. Otras veces las veíamos dormir una sobre la otra. Eran amigas entre sí, y enemigas. A menudo me cuestionaba si Amigo era uno o eran dos, y si en realidad el nombre debía ser Amigos. Cuando le pregunté a mi hermano, solamente me ignoró, entonces le mordí las orejas y le saqué sangre. Peleamos cruelmente y al final nos dormimos abrazados. No sentíamos vergüenza de pelear enfrente de Amigo, porque él nos había enseñado a relacionarnos así. Era nuestro modelo a seguir, nuestro sustituto paternal. Un día Amigo estaba en el garaje y cuando mi padre entró con el carro aplastó la cabeza triste de Amigo. Estábamos desconsolados. Lo llevamos adentro, lleno de sangre, y pudimos ver cómo torcía su cabeza y empezaba a mordisquear los restos reventados de la mitad de su ser, empezaba a tragárselos y chillar y a tragárselos. Nos dio mucho miedo entonces nuestro padre lo agarró y lo lanzó al patio para que muriera lejos de nuestros ojos. Nos dejó en claro que fue nuestra culpa que él lo hubiera aplastado, y que éramos malagradecidos. Para castigarnos nos amarró con una extensión eléctrica de las piernas, como si fuéramos Amigo. Lloramos amarrados hasta dormirnos. Al día siguiente seguíamos amarrados y nuestros padres estaban ausentes, por lo tanto, fuimos brincando hasta el patio a buscar a Amigo. Cuando lo encontramos, se había comido casi todo lo que había podido de la otra cabeza, y a pesar de que todavía tenía una grave herida en su costado, se encontraba receptivo y consciente. Lo llevamos adentro a duras penas y lo pusimos a comer. Lo vimos movilizarse lentamente, pero con mucha más libertad que antes, mientras nosotros amarrados constantemente nos molestábamos porque el otro no se movía al mismo tiempo o porque nos caíamos por el peso del otro. Nuestros padres no llegaron ese día, ni el siguiente, ni el siguiente. Amigo se recuperó como si solamente hubiera recibido una cortada superficial, era asombroso. Ese día hacía mucho calor y lo llevamos al patio por primera vez desde que dejó de ser bicéfalo. Lo vimos brincar y correr libremente, y aunque a veces se detenía demostrando dolor, se notaba pleno y satisfecho. Estuvimos toda la tarde y víctimas del cansancio y el hambre nos dormimos. Cuando despertamos había caído la noche y amigo no estaba. Corrimos por todas partes buscándolo. Amigo, gritábamos, Amigo. Pero no nos respondía ni regresaba, Angustiados tratábamos de correr y nos caíamos, nos golpeamos tanto contra el suelo que empezamos a gritarnos, y a mordernos y a tratar de asfixiarnos, y luego nos contentábamos y corríamos más. En un momento tropezamos en una grada de cemento y mi hermano cayó de frente sobre la esquina de una viga herrumbrada que estaba abandonada. Intenté jalarlo y levantarlo, pero era inútil. Seguíamos amarrados con fuerza desde las piernas, el cuerpo dolía de tanto que nos habíamos caído y herido mutuamente. Lloré por horas, grité con todas mis fuerzas, pero nadie apareció. La noche avanzó implacable. Me dormí entre lágrimas y sollozos. Me desperté y todavía estaba oscuro, todavía yaciendo en el suelo con mi hermano atado a mí. Frente a mí, estaba Amigo mirándome con su único par de ojos. Sentado. Mi figura paterna, mi sustituto paternal. El conejo barato que posiblemente le regalaron a mi padre para evitarse la molestia de sacrificarlo. Amigo me miró con ojos profundos que se miraban impenetrables en la oscuridad. Su herida reflejaba los pocos rayos lumínicos que alcanzaban el patio desde la calle. Lo miré largamente a los ojos para estar seguro que tenía que hacer lo que me estaba sugiriendo que hiciera. Extendí la mano para acariciarlo, pero me mordió groseramente sacándome sangre del dedo. Dio media vuelta y salió corriendo. Fue la última vez que vi a Amigo. A mis padres los volví a ver cinco días después cuando llegaron de madrugada, se encerraron en el cuarto y se gritaron hasta que ya las voces no les salían de las gargantas. No me preguntaron ni por mi hermano ni por Amigo. Antes del amanecer, aprovechando la oscuridad tal como me enseñó Amigo, salí por la puerta principal de la casa y no volví. No hay día que pase en el que no piense en Amigo."

credits

released October 22, 2023

Wiesengrund: Diversos Conejos Glitch
Tleilaxu Device: Quanta Granular Synth, Vocals & Lyrics.

Portada dibujada y pintada a mano por ambos.

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